Nueve películas y una serie sobre gángsters que hay que ver antes de morir


Cuando se menciona la palabra gángster, de inmediato se viene a la cabeza la imagen de un tipo bien vestido, zapatos boleados, traje impecable, saco, corbata y sombrero. En esta lista hablaremos de ellos, de los mafiosos, los amigos de los amigos. Sin embargo, también son dignos de mención varios personajes que, sin usar traje y corbata, se plantaron en la memoria popular de manera definitiva.

Buenos Muchachos

La primera cinta en esta lista de mafiosos es Buenos Muchachos (Goodfellas, 1990). Basada en la novela Wiseguy, de Nicholas Pileggi, y dirigida por Martin Scorsese, cuenta la historia de James Conway (Robert De Niro), Henry Hill (Ray Liotta) y Tommy De Vito (Joe Pesci), quienes luchan por subir en la cadena de mando de la mafia neoyorquina entre 1955 y 1980, durante el reinado de la Familia Lucchese.
Por la calidad de las actuaciones, Buenos Muchachos es considerada una de las mejores películas sobre la Cosa Nostra que se han rodado. Incluso, pese a sus 146 minutos de duración, hay quienes la consideran «mejor que El Padrino«.

Donnie Brasco

En 1997, Johnny Depp protagonizó, junto con Al Pacino, la cinta Donnie Brasco, que cuenta las actividades del detective del FBI Joseph D. Pistone, quien se infiltró en la Familia Bonnano en la década de los 70. Pacino interpreta a Benajmin ‘Lefty’ Ruggiero, un soldado de la mafia en Nueva York. Mientras reúne evidencia, Brasco se identifica cada vez más con los criminales, al mismo tiempo que su vida privada se desmorona.

Casino

La dupla De Niro-Scorsese aparece en la lista de nuevo, esta vez con la cinta Casino (1995). En ella, De Niro interpreta al carismático judío Sam ‘Ace’ Rothstein, quien maneja el casino Tangiers en Las Vegas para la mafia de Chicago. En la película también reaparece Joe Pesci, esta vez como el soldato Nicky Santoro. Los personajes están basados en Frank Rosenthal y Anthony ‘La Hormiga’ Spilotro. En esta historia, se retratan las relaciones humanas vistas desde el poder, la política y las drogas. Igual que Buenos Muchachos, está basada en una novela de Nicholas Pleggi, que a su vez toma como modelo caso real.

Malas Calles

Aunque esta es la tercera aparición de la combinación Scorsese-De Niro en este artículo, la película Malas Calles (Mean Streets, 1973) fue la primera colaboración entre ambos artistas. La cinta retrata las aspiraciones de un joven de clase media-baja, Charlie (Harvey Keitel), quien intenta subir en el escalafón de la mafia local. Aunque la trama se centra principalmente en la amistad de Charlie con Johnny Boy (Robert De Niro), explora de manera bastante interesante la lucha interna del protagonista, quien se debate entre su devoción católica y sus pretensiones criminales.

Scarface

Filmada en 1983, se trata de un remake de la cinta de 1932 con el mismo nombre basada en la vida de Al Capone. Scarface cuenta la historia del inmigrante cubano Tony Montana, quien llega a Estados Unidos durante el Éxodo del Mariel, cuando más de diez mil cubanos –muchos de ellos considerados “indeseables” por el gobierno de Castro– abandonaron la isla para dirigirse a Miami. Con la actuación de Al Pacino como Montana y la dirección de Brian De Palma, la cinta es una completa crónica del poder. Subida al trono, reinado y la inevitable caída del capo de la cocaína aparecen en la pantalla. De igual manera, la película retrata los excesos del criminal: violencia, drogas y traiciones son el pan de cada día en Caracortada.

Los Soprano

Cuando se habla de mafiosos, remitirse a esta serie es indispensable. Plagada de referencias al mundo de la mafia. Desde El Padrino hasta Érase una vez en América, pasando por Scarface y Malas Calles, son lecturas obligadas para comprender en su totalidad la serie. Incluso el elenco del programa había aparecido antes, en su gran mayoría, en distintas cintas que tratan el mismo tema. Con seis temporadas y 86 capítulos, cuenta la historia de la familia Soprano. Sin embargo, da el giro a las historias tradicionales de mafia, pues la adapta a la modernidad: el patriarca, Tony Soprano (James Gandolfini), sufre ataques de pánico que lo obligan a visitar a una psiquiatra. En esos encuentros, Soprano contrasta su vida personal con su vida criminal. Además, narra los conflictos familiares a los que se enfrenta: su hija no comparte su visión del mundo, su esposa se ve constantemente amenazada por las mujeres con las que Soprano la engaña, su hijo busca seguir sus pasos –cosa que él no quiere– y cae en el consumo de drogas, su sobrino que siempre busca su aprobación y su tío que busca arrebatarle el trono. Sin duda, una de las producciones sobre crimen organizado con mayor peso que se ha realizado en los últimos años y que, en no mucho tiempo, se convertirá en un clásico del género.

Érase una vez en América

Una de las mejores cintas que se han realizado sobre el tema es, sin lugar a dudas o discusión alguna, Érase una vez en América. Describirla en pocas palabras es imposible. El director Sergio Leone, según se sabe, grabó más de diez horas para esta cinta, aunque su versión final fue de 269 minutos, casi cuatro horas y media. Sin embargo, por la inusual longitud de la cinta, se editó a cuatro horas para el público europeo y, en contra de los deseos del director, a 139 minutos para su distribución en Estados Unidos. Según se dice, Leone quedó “devastado” por la versión para Estados Unidos de su película, razón por la cual no grabó nada más hasta su muerte. Érase una vez en América es la historia de una vida, o de tres vidas, en realidad. En los protagónicos aparecen De Niro como Noodles, James Woods como Max, y Elizabeth McGovern como Deborah. Una de las características más llamativas de la obra es la manera en que se narran los hechos. En su mayor parte, se trata de un flashback de Noodles, a través del cual el espectador observa los sucedido en la década de los 20, la infancia de los criminales; los 30, su ingreso a full en el contrabando de alcohol –corrían los tiempos de la Prohibición– y su eventual inclusión en los negocios de la Mafia y, finalmente, 1968, cuando ocurre el descenlace. Aunque se podrían escribir páginas y páginas enteras sobre esta cinta en particular, todas las conclusiones están en el aire, pues la versión original sólo se exhibió una vez, durante el festival de Cannes de 2012. Luego, por problemas con los derechos de autor, fue retirada del mercado. Hasta que no se conozca la película en su totalidad, nada podrá decirse. No resta otra cosa que verla.

El Padrino

La trilogía de El Padrino es la reina indiscutible de las películas de mafiosos. Basada en la obra homónima de Mario Puzo, la primera parte cuenta la historia de la familia Corleone. La cinta que lanzó a la fama a Al Pacino, en su papel de Michael Croleone, se rodó en 1972. Dirigida por Francis Ford Coppola y con un guión escrito por el autor de la novela y el propio Ford Coppola, El Padrino obtuvo tres Oscar: Mejor Película, Mejor Actor para Marlon Brando, y Mejor Adaptación. Marlon Brando, en ese entonces actor ya consolidado, interpreta al patriarca de la familia, Vito Corleone. También aparecen James Caan, como el primogénito Sonny Corleone, John Cazale como Fredo Corleone y Pacino como Michael. El filme se centra en éste último, quien de rechazar y aborrecer todo lo que representa, se convierte en la cabeza de la Familia Corleone. Asimismo, describe la manera en que los Corleone asumen el control total de las apuestas en la incipiente Las Vegas, además del mundo criminal de Nueva York en la que fue conocida como la Guerra de las Cinco Familias.

Las segundas partes nunca fueron buenas… ¿o sí?

Después de ver la primera parte de la trilogía, uno podría pensar que no se puede agregar mucho más. Sin embargo, El Padrino II alcanza un nuevo nivel de maestría y se convierte, a mi juicio, en la mejor película de la serie. Estrenada en 1974, Pacino aparece como el mítico Michael Corleone, ya maduro, un hombre hecho en los negocios y con el poder de su Familia consolidado en todo Estados Unidos. Durante toda la trilogía, el anhelo de convertirse en “un hombre de bien”, es decir, dejar la vida criminal, aparece como el fin último de todas sus acciones. Es también, sin duda, la parte más profunda de la serie. En comienza y culmina el distanciamiento entre Michael y Kay Adams, su esposa. Asimismo, la Familia Corleone termina por derrumbarse. De forma paralela al ‘presente’ de la cinta, Robert De Niro interpreta a un joven Vito Corleone, y narra la manera en que quien llegaría a ser el capo di tutti capi de la Cosa Nostra amasa su poder y fortuna. La segunda parte de El Padrino fue la primera secuela en obtener el Oscar a Mejor Película, además de once nominaciones, de las cuales ganó Mejor Director, Mejor Actor Secundario (De Niro), Mejor Adaptación (de nuevo la dupla Coppola-Puzo), Mejor Música y Mejor Dirección de Arte.

El final de un ciclo

La tercera y última parte de la trilogía es, a mi parecer, la más ‘política’ de todas. También la más lenta y la que menor éxito crítico generó, aunque no por eso menospreciable. El Padrino III nos muestra a un Michael Corleone que, aunque no derrotado, sí cansado de la vida que llevó y devorado por la culpa. Aunque permanece como jefe máximo de la Mafia, su participación en sus asuntos es mínima. Al inicio de la cinta, estrenada en 1990, Corleone ve casi realizado su anhelo de legitimar sus negocios. Además, la película narra la transferencia de poder: para evitar que Nueva York, el antiguo feudo de los Corleone, quede en manos de Joey Zasa –en quien en un principio depositó su confianza–, Michael usa a Vincent Mancini (Andy García), hijo bastardo de su hermano Sonny, a quien entrena para heredar el título de Don. Asimismo, la última cinta de la serie que cambió el mundo de la Mafia liga con asuntos de la Cosa Nostra la muerte del Papa Juan Pablo I y el escándalo del Banco del Vaticano. Aunque estuvo nominada a siete premios de la Academia, la tercera parte de El Padrino es la única que no obtuvo ningún Oscar.

2 comentarios el “Nueve películas y una serie sobre gángsters que hay que ver antes de morir

  1. Deberías irte hasta al cine negro: Billy Wilder, etc, etc.

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